El «dial» del desarrollo económico local

La globalización económica es un hecho indiscutible y seguramente imparable, ante el cual los territorios, contemplados desde la óptica de las posibilidades de intervención de la administración local y de la propia ciudadanía, pueden “dejarse llevar” por las dinámicas globales o bien movilizarse para buscar fórmulas de desarrollo económico local – en mayor o menor grado alternativas – que incorporen rasgos diferenciales propios.

 

Simplificando enormemente, podríamos considerar que los modelos de referencia con los que podemos trabajar en términos de intervención local sobre el desarrollo económico pueden encontrarse dentro de un abanico de opciones comprendidas entre el modelo completamente autárquico, en el que una comunidad se cierra totalmente en ella misma para satisfacer sus necesidades únicamente con los recursos que tienen a su alcance inmediato, hasta los modelos plenamente integrados en la economía global, en los que cualquier nexo con la realidad del territorio ha desaparecido (hiperglobalización, podríamos llamar a esta situación).

Es evidente que cualquiera de los dos planteamientos (autarquía – hiperglobalización) son extremos poco probables de encontrar hoy en día en el mundo y, hay que decirlo, igualmente indeseables. No obstante, sí que podríamos encontrar ejemplos aproximados, como determinadas comunidades geográficamente aisladas, en el primer caso, o espacios – los “no-lugares” de Marc Augé– como los grandes aeropuertos internacionales, en el segundo.

Dentro de este abanico de opciones, encontraríamos una multitud de situaciones intermedias sobre las cuales los territorios tienen un cierto margen de maniobra, jugando con una mayor o menor apertura al contexto globalizador. En otras palabras, se trataría de moverse por un «dial» en cuyos extremos encontraríamos autarquía e hiperglobalización y en el que tendríamos que optar por «sintonizar en una frecuencia» que conjugue lo local y lo global, que marque el posicionamiento de cada territorio por lo que respecta al modelo de desarrollo económico, de acuerdo con la voluntad y las aspiraciones de la comunidad.

 

Gráfico: el dial del desarrollo económico local

 

Evidentemente, el margen de maniobra (las «frecuencias posibles») será también variable en función de la situación de partida en cuanto a la integración actual en la economía global de cada territorio y de la dotación de recursos y de la capacidad de actuación (competencias sobre determinadas políticas, por ejemplo) de qué se disponga.

 

En cualquier caso, el propio concepto de “desarrollo económico local”, en tanto que desarrollo que se basa primordialmente en los recursos endógenos, es decir, un desarrollo económico fundamentado en la explotación eficiente y racional del capital natural, humano y construido de un territorio, donde las inversiones externas pueden actuar de apoyo o de catalizadoras del proceso de desarrollo, pero nunca su motor estructural, ya contiene en sí mismo un cierto posicionamiento que alejaría la posibilidad de una tendencia hacia la hiperglobalización. Otros conceptos actualmente en boga, como el de “desarrollo glocal”, permiten intuir que hay que alcanzar un cierto balance entre los aspectos globales y los aspectos más locales del desarrollo económico.

 

Hoy en día, el paradigma de la globalización, que habitualmente se asocia con términos como crecimiento económico – exponencial-, competitividad, productividad, urbanización, etc. es el que claramente marca las pautas de comportamiento social y político. Se puede afirmar que, tal y como analiza George Lakoff en otros àmbitos, existen diferentes marcos mentales que condicionan la toma de decisiones, independientemente del posicionamiento ideológico que en política económica, en este caso, que se adopte. Así, nuestro marco mental, con el que se toman las decisiones, empuja siempre a alcanzar más crecimiento, más competitividad, mayor productividad y a entender que el escenario principal del desarrollo es la ciudad o, mejor, la metrópoli, siendo el resto del territorio marginal o incluso subordinado a las necesidades de ésta.

 

Tenemos muchos ejemplos de cómo nuestra actuación está condicionada por el marco mental de la globalización y sus derivados citados en el párrafo anterior: contemplamos la emprendeduría exclusivamente como creación de empresas (y, por tanto, para contribuir al crecimiento económico); tratamos de ayudar a encontrar empleo, pero sólo considerando el empleo del mercado de trabajo ordinario; cualquier municipio español, independientemente de su tamaño, aspira a formar parte o, mejor aún, a contener dentro de sus límites un clúster; etc.

Una de las tesis principales de este blog reside precisamente en el reconocimiento de una capacidad local para decidir dónde se sintoniza el desarrollo económico del territorio y que, por tanto, es posible conjugar elementos más ortodoxos y más heterodoxos, si se quiere expresar así, dentro del modelo imperante de desarrollo, sin necesidad de romper los lazos con el resto del mundo ni comprometer el bienestar (eso sí, convenientemente definido) de la población.

 

Y, además, se defenderá que el contexto actual de crisis es el idóneo para plantearse esta cuestión: ¿qué frecuencia vamos a sintonizar en nuestro territorio?

Esto sólo podrá ser así, no obstante, si se reconoce la importancia de la comunidad como unidad básica protagonista y beneficiaria de dicho desarrollo.

5 comentarios sobre “El «dial» del desarrollo económico local

  1. » Esto sólo podrá ser así, no obstante, si se reconoce la importancia de la comunidad como unidad básica protagonista y beneficiaria de dicho desarrollo.». Esto aparentemente sencillo tiene las exigencias de una sociedad altamente capacitada en lo jurídico-político-económico-social y ético. Además dueño de una cultura organizacional que haya alcanzado los niveles de percepción del bosque por encima de los árboles; esto es asumir los intereses del todo, del bien común y en su justa escala de valores los intereses grupales y particulares.
    ¿No estaríamos hablando de un estadio superior de la civilización? ¿No son postulados de un socialismo emergente? ¿Cómo quedamos los países y las regiones de un mundo de neocolonias que se le ha impuesto históricamente modelos de desarrollo ajenos o completamente contrarios a ese requerimiento de «la importancia de la comunidad como unidad básica protagonista y beneficiaria de dicho desarrollo.».
    Esta presentación de lo Glocal se nos presenta de forma más exigente, complejo, díficil de asimilar.

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  2. Por supuesto. Esto supondría un nuevo estadio en el desarrollo humano. Y si no me equivoco, Marx hablaba del socialismo como superación del capitalismo, una vez éste hubiera colapsado; no como un proceso paralelo, como aparentemente sucedió en el siglo XX. Por tanto, puede que esa sea una de las transiciones que nos falta todavía por experimentar…

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